El año 476 de nuestra era significa el final de lo que conocemos como el Imperio Romano de Occidente.
Los siglos de esplendor de Roma son ya historia, y nos encontramos en un periodo de transformaciones de los territorios que conformaban este vasto imperio.
Aunque la ocupación y expansión en la península ibérica del pueblo visigodo se produciría paulatinamente durante el siglo V dC, no sería hasta la desaparición del Reino Visigodo de Tolosa, entre los años 494 y 507, cuando se comenzaría a ocupar y expandir este pueblo visigodo que rehuyó del enfrentamiento con los francos en la Galia.
Comienza así, un período fundamental en la historia de Hispania, en el que reyes como Sisebuto, Suintila, Witiza, o Recesvinto entre otros, forjarían el devenir de la antigua Hispania, y el que destacaría sobremanera Recaredo, hijo del Rey Leovigildo, el impulsor de la conversión al catolicismo en el año 589 de nuestra era.
La ciudad de Recópolis fue ordenada construir por Leovigildo en el año 578 de nuestra era en honor a su hijo Recaredo, en un emplazamiento único y de gran valor estratégico, al encontrarse en un gran promontorio a los pies del río Tajo, desde donde se controlaba visualmente los accesos al mismo.
Durante siglos la ciudad gozó de gran vitalidad, y se estima que ocupó una extensión de 30 hectáreas. Se encuentra ubicada en la localidad de Zorita de los Canes en Guadalajara, y goza de un gran valor patrimonial debido entre otros, a la única iglesia palatina de época visigoda que a día de hoy queda en pie.
La antigua ciudad de Recópolis (actualmente Parque Arqueológico) puede visitarse los jueves y domingos por la mañana, y los viernes y sábado por la mañana y por la tarde.
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